Como espectador privilegiado de un espectáculo irrepetible y gratuito, quiero mostrar desde detrás de la cámara mi particular visión del maravilloso entorno que nos rodea y sostiene. Sirva este blog como un pequeño pago a la inmensidad donada y un humilde trabajo por su conservación.


As the privileged spectator of a unique and free performance, I'd like to show, from behind the camera, my particular vision of the wonderful environment that surrounds and sustains us. I hope this blog will serve as a small payment to the great natural gifts and as a humble work toward their conservation.



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jueves, 17 de julio de 2014

El Valle de Arán (La Val d'Arán)

          Descansan los ojos en el verde del valle y se sosiegan las almas al lado de las aguas que bajan de la montaña. Por unos días cambié mis anchos horizontes por estos valles que encajonan a ríos y torrentes.

          Y pude entender su lenguaje: me susurra el viento en las cumbre y me ensordece el torrente montano, comprendo el silbido de la marmota y la lengua occitana del Valle de Arán. Patrimonio natural, acerbo cultural que, más que separar, enriquece y une.

          Atesoro en mi archivo imágenes del Valle, los bosques de pino negro que devuelven nubes de agua al cielo que descargó su lluvia, los mágicos hayedos, las cascadas y los transparentes lagos alpinos.

           También atesoro dentro de mí los silencios, las caricias de la lluvia, el frío viento en la cara, olores de hierba fresca y los secretos del románico.


Valle de Arán con el Aneto a la izquierda y la Madaleta en el centro

Azucena silvestre



Hayedo


Evaporación del bosque
Saut deth Pish (Salto del Pish)




Ojos del Judío (Uelhs deht Joeu)

Bassa d'Oles

Bosque

Lago glaciar en Colomèrs

Iglesia románica de Artíes

Tejados de pizarra

Fachada en Bausen con cruz de laurel en la puerta.


viernes, 13 de diciembre de 2013

Gredos


          Cruje la nieve bajo mis botas, rompiendo su silencio y hollando el blanco inmaculado; siento mis latidos en las sienes, mi jadeo en el pecho. Me agrada el frío en la cara hasta que el viento me hostiga con mil cristales helados.

          Con la mirada en la cima y la ilusión en la mochila subo a las cumbres de Gredos, allí donde las cabras monteses dominan sobre las heladas cascadas, los granitos y los pastos de montaña. En la época de celo los machos ventean aromas de amor mientras, remolonas ellas, las cabras mordisquean las briznas que aún sobresalen tras la primera nevada. 

          En los pinares los troncos desconchados se elevan en asombrosas rectas naranjas. El hielo azul del arroyo apresa las hojas caídas del sauce y los últimos frutos de un rosal silvestre.

          Se acerca el invierno.   
 
Gredos nevado y nubes lenticulares

Huellas


Nieve, granito y ventisca

Paseo por el pinar

Hojas en el hielo

Río helado y fruto de rosal silvestre

Pinos silvestres



Macho de cabra montés


Macho con pelaje invernal


Cascada helada

Hembra y recental

Macho montés
Macho venteando a una hembra


Macho entre el rebaño

Joven macho mordisqueando la hierba


Hembra y macho de monteses

Junto al hielo.
 Foto: Eduardo Cubera