Se agostan los campos y la vida que bullía en los verdes se concentra en las semillas. Preparadas para el vuelo o el enganche, se dispersan las simientes para dormir el verano. Me acompañan hasta casa pegadas a la mochila, fijas en el calcetín, engarzadas en mi ropa. Vuelan los “abuelitos” en su brisa mecedora, se encienden los “farolillos” al contraluz de la tarde y los pájaros se posan en los cardos ya resecos. Es la energía que sestea y se desplaza perezosa en busca de nuevas tierras.
Avena loca
Farolillos
Alcachofa burriquera y cigarra
Cardencha con herrerillo
"Abuelito"
Alzacola sobre cardo