Escucho en la arboleda un silbido que se repite, un repiqueteo en la madera y veo entre el castañar la silueta de un pajarillo emboscado. Parece un artista circense que desciende vertiginosamente de los árboles, agarrado boca abajo de la corteza del árbol, contorsionando su pequeño y azul cuerpo emplumado.
Un rápido y sordo aleteo cruza ante mí y el ave se pega más que posa enfrente a la vuelta del tronco, se asoma con timidez hasta que al fin me muestra su perfil contra el fondo otoñal.
Es el trepador azul que me saluda en mi visita a su bosque.
Para verlo en vídeo.