Como la nieve virgen antes de nuestras pisadas. También como la limpieza del plumaje en las garcetas o las sábanas sin plancha de unos pétalos de jara. Reflejo fiel de la luz que le llega, el blanco nos ilumina, deslumbra. Aunque lo pincelen acuarelas de azules y grises o mancillen morados y amarillos, blanco es el color de la suma, el símbolo de la pureza.
Viñedo nevado
Cisne
Espátula y garceta común
Corderos de raza merina
Garceta común
Garcilla bueyera
Flor de jara
Nubes de tormenta
Fantástico texto para grandes imágenes. Difícil elegir una, pero me mojo; la garceta andando sobre las aguas y las cepas nevadas. Lo se son dos, que menos que la pareja.
ResponderEliminarYa se te echaba de menos, maestro.
Un abrazo.
Ya vuelve la cigüeña al campanario, se echaba de menos la fotografía y la prosa de calidad, un abrazo
ResponderEliminarSí, Blanco es el color de la suma. Blanco es el color de la tolerancia, de la reconciliación. Abrazos.
ResponderEliminarQue beleza! Tudo tão alvo...
ResponderEliminarBeijo carinhoso.
Bonita entrada con unas imágenes de gran calidad. Saludos.
ResponderEliminarMuy bueno el texto, para acompañar a grandes imagenes.
ResponderEliminarUn saludo y siempre es un placer volver por tu blog.
Hola José, menudo blog, que maravilla de fotos, un pedazo de trabajo, felicidades compañero y que decir tiene ya tienes otro seguidor más y si no te importa directamente a mi lista de blog. Un saludo.
ResponderEliminarDespués de ver la entrada de negro he vuelto a flipar con el blanco. La idea es genial al igual que las fotos. Saludos!!
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