Entre lánguidos verdes ahora destacan las esferas de las bayas de otoño y, brincando entre las ramas, cientos de pájaros en su tránsito migratorio. Como los frutos, los pollos nacidos meses atrás maduran atesorando la grasa que asegure su viaje. En un tratado ancestral y de vigencia perpetua unos alimentan, los otros procesan y siembran de aquí para allá. También quien no viaja o ya regresó encuentra uvas y escaramujos, endrinos y acebuchinas, piñones, bellotas y algunos animalillos entre bosques aún repletos de vidas.
Curruca zarcera y Bryonia dioica
Herrerillo común y espino albar
Mosquitero común y acebuche
Rabilargo con uvas
Petirrojo entre escaramujos
Zarcero común con nueza (Bryonia dioica)