Hoy me acuerdo de Trujillo, es una tarde de Marzo en la Plaza Mayor. La gente baila al son de la música de Acetre y la sombra de viejas casas señoriales se alarga en el suelo adoquinado. Hay alegría en el Chíviri.
Y en el cielo las cigüeñas, los vencejos, las grajillas,… los cernícalos primillas.
Sobre viejas espadañas, torreones y esculturas las aves se arremolinan, se cortejan y se arrullan.
Un imponente Pizarro vigila con altivez el devenir de la vida en una villa blasonada, de glorias y de conquistas.
El ambiente transparente se ha pintado de escarlata. Y abajo, en el otro escenario, suena un “Barrunto” de flauta, de pandero y de guitarra. Mi hija toca el violín. Tengo un nudo en la garganta.
Estatua de Pizarro en Trujillo
Cernícalo primilla macho
Viejo campanario con cigüeña y grajillas
Cigüeñas en tejado
Cópula de primillas
Plaza Mayor de Trujillo