Hoy mi atención se centra en un sisón que se acerca al otero en donde le aguardo camuflado, se coloca en el escenario y empieza su despliegue nupcial. Proclama que es el mejor. Primero con un zapateo, luego con un reclamo y el apogeo llega con un siseante salto por encima de la hierba para mostrar a las hembras el blanco plumaje de novio y su elegante corbata. Las corteja si se acercan, persigue a otros machos en vuelo, pero, fiel a su parcela, una y otra vez vuelve a su papel de Don Juan.
Y en la paz de la estepa, rodeado de trigales y oliendo las manzanillas, escucho la esquila o el laboreo del tractor, se va levantando el sol, modera el galán su celo y, con cierto disimulo, picoteando unas plantas, se aleja de mí el sisón. Mañana, a la misma hora, se repite la función.
Macho de sisón entre la siembra
Sisón ahuecando el plumaje
Mostrando su "corbatita"
Persecución tras una hembra
Emitiendo el reclamo
Despegando a volar
Salto nupcial