Profundo como una sombra ulula el búho. Las peñas de la sierra retumban con su celo invernal y amilanan al hombre del campo que se recoge tarde en enero. Otros ojos miran desde el hueco de la encina sagrada y milenaria, desde el doblado del cortijo viejo, desde el olivo centenario. A nosotros, pobres seres diurnos, huérfanos de luz en la noche, nos cautiva el oído, la visión, el vuelo silencioso y la precisa puntería de búhos, cárabos, lechuzas y mochuelos. Les hago fotos, con el miedo en el cuerpo.
Búho real y Cárabo. Ejemplares en centro de recuperación.
Lechuza común. Ejemplares salvajes
Mochuelo. Ejemplares salvajes